Ulises y su repercusión
Ulises después de Homero
La mítica figura de Ulises conoció, después de
la Odisea, múltiples
recreaciones y evocaciones. Primero en los poemas del llamado «ciclo
épico», especialmente en la Destrucción
de Troya, los Cypria y la Telegonia.
Ulises
sirvió de modelo a algunos poetas elegíacos, como Arquíloco y Alemán. Pero fue
criticado por un poeta aristocrático de
talante conservador, Píndaro, que lo opone al noble Ayax, al que Ulises
venció en su lucha por las armas de Aquiles. Píndaro se inclina
por una imagen antihomérica de Ulises
que tiene notables paralelos en
los trágicos.
Esa Iínea
persiste en Sófocles, en su Avante
y su Filoctetes. Si bien en la
primera todavía destaca la humanidad de
Ulises, en la segunda traza un retrato de Ulises como político pragmático y sin
escrúpulos morales.
Eurípides muestra
también a UIises en un enfoque desfavorable. En Hécuba
evidencia su
talante maquiavélico: le importa el éxito y la victoria de los
suyos, sin reparo alguno.
En
el mundo latino se encuentran ecos de todas
estas imágenes del
héroe. La Odisea fue el primer
gran texto griego traducido al latín
(por Livio Andronico). Es
significativo que, frente a la Ilíada,
la gran epopeya bélica, se prefiriera
esta gesta personal del aventurero mediterráneo.
Pero en la Eneida de Virgilio se
recuerda a Ulises corno el destructor de Troya. También las Crónicas troyanas de Dares y de Dictis ofrecen una imagen ambigua de Ulises,
el astuto inventor del caballo de madera.
Esa
imagen poco favorable se transmite
a la Edad Media
desde esos textos. Pero será una
estampa distinta y sorprendente la que
nos deje
una visión más impresionante de
Ulises, la que habla de su
muerte, en el gran poema de Dante, La
Divina Comedia. En el canto
XXVI del Infierno, cuando recorre
el octavo círculo de los condenados, Dante, que va acompañado por
Virgilio, se para ante una
llama doble, donde arden las
almas de Ulises y Diomedes. Y es el propio Ulises, trasformado en llama, quien le refiere al
poeta medieval su última aventura.
Ulises
reaparece en pinturas y dramas del
Renacimiento y del Barroco, bien como un hábil político, bien como un símbolo del hombre
prudente, asaltado por las tentaciones,
pero capaz de lograr el regreso salvador. Como ejemplo de
esas dos imágenes, respectivamente, Troilo
y Crésida de Shakespeare y las obras de Calderón: El mayor encanto amor y Los encantos de la culpa. Las dos piezas
calderonianas se centran sobre cómo Ulises escapa de los voluptuosos hechizos
de Circe. En el romanticismo resurge la silueta de Ulises corno el Viajero
inquieto, explorador del más allá,
sombra dantesca más que homérica en el poema de Tennyson, Ulysses (1833).
Ulises a partir del siglo
XX
Ya
en el siglo XX podemos ver la figura de Ulises en tres grandes poetas griegos:
Cavafis, Katsantsakis y Seferis. En
Itaca de Cavafis se expresa el
sentido de la Odisea como un viaje de aventuras y experiencias enriquecedoras
orientado hacia la isla pobre de donde
partió y adonde vuelve. En la Odisea de
Katsantsakis (1938), el escritor
cretense nos da una nueva visión de Ulises como el héroe de un peregrinaje
arduo y múltiple, en pos de una nueva
existencia, con ansias de crear
una nueva sociedad más justa. El poema de
Seferis titulado Sobre un
verso antiguo (1931) evoca a Ulises
como el gran compañero del viajero griego, camarada marino de gran corazón, que
surge en los momentos arduos de la existencia
para dar ánimos al poeta.
La
recreación más memorable de Ulises en el siglo XX es la novela Ulises (1923) de J. Joyce. Sólo el título declara explícitamente la relación de la «odisea» vulgar de unas
horas en Dublín de Leopold Bloom con el poema homérico. El antiguo mundo
heroico se degrada en la parodia de Joyce, pero su brillo pervive a través de
ella.
También
es fácil percibir la influencia de la Odisea y de Ulises en los cantos de Ezra Pound, desde el
Canto 1, que comienza con una versión poética de una
traducción renacentista de la Nehuia
odiseica.
Bajo
la nostalgia y la ironía es posible situar las reapariciones de la figura de
Ulises en las obras de teatro, en la poesía y la novela. La presencia de Ulises
se mantiene en obras significativas: el
drama de Giraudoux , No habrá
guerra en Troya (1935), la novela de J. Giono, Naissance de l' Odyssée (1938), los
Diálogos con Leucó (1947) de
Pavese y El desprecio (1950) de A. Moravia. También en la novela de Graves La hija
de Homero (1955), donde
figura una taimada Nausícaa
siciliana como autora de la Odisea, con sutil ironía y en Tiempo de silencio(1961) de Luís Martín-Santos donde se retoma las
peripecias de un Odiseo moderno contadas en un estilo narrativo inspirado en el
Ulises de James Joyce.
Los
ecos odiseicos son muy notables en otras obras: la Nausica (1910) de loan
Maragall, algunas de las Elegies
de Bierville (1943) de Caries Riba, Odisea
(1951) de Agustí Bartra y en algunos
textos de El mar, las rocas, lo azul
(1967) de Salvador Espriu. En Las mocedades de Ulises (1970) de
Alvaro Cunqueiro se narra la vida del héroe en su juventud inspirandose no sólo
en La Odisea homérica, sino en toda la tradición y cultura
antigua griega que la literatura nos ha transmitido.
Si
en la poesía parece dominar la nostalgia, en el teatro parece ser al
contrario. Irónicas son casi la totalidad de obras dramáticas que, en la escena
española del siglo XX, han representado el regreso de Ulises. Las más conocidas
son: La tejedora de sueños de Antonio Buero Vallejo, ¿Por qué corres, Ulises? de Antonio Gala y Ultimo desembarco de Fernando Savater.
Se
puede concluir este recorrido literario señalando las numerosas alusiones a
Homero y a Odisea que hallamos en la obra de Jorge Luis Borges. Homero es uno
de los autores más citados en las obras del escritor argentino. A él se
refieren dos de sus más famosos cuentos: El
inmortal y El hacedor.
Con
respecto al medio audiovisual, en 1905, Georges Méliès realizó la que
probablemente es la primera de muchas películas de cine sobre Odiseo: L'Île de Calypso: Ulysse et le géant
Polyphème.
En
1954 se realiza Ulisse (The Loves and
Adventures of Ulysses), una superproducción italoamericana dirigida por
Mario Camerini, considerada una de las mejores adaptaciones de la obra y una de
las primeras superproducciones del cine europeo.
En
1981 se realizó la serie franco-japonesa de dibujos animados para televisión Ulises 31, que combinaba personajes y
argumentos inspirados en la Odisea con elementos de viajes espaciales de
ciencia ficción.
O Brother
es una película de comedia-aventura realizada por los hermanos Coen. Lanzada en
el año 2000, es una adaptación libre de la Odisea de Homero.
Ulises en la pintura
Vemos,
entonces la repercusión que el mito de Ulises ha tenido en la literatura
universal y en las artes en general. Dentro de estas, es de destacar el caso de
la pintura donde al igual que Ulises, dentro del mundo mítico, realiza un
prolongado viaje con destino a su hogar, de manera similar, muchos son los
pintores y artistas que inician un viaje en el tiempo y en el espacio para
encontrarse con Ulises, el héroe clásico y universal. Asi, podemos encontrar
numerosas manifestaciones artísticas de diferentes épocas que recogen las
representaciones deste mito a través de los tiempos.
Como
ejemplo de la influencia del mito en la pintura, recopilamos y presentamos
aquí, algunas de las multiples representaciones de Ulises y las sirenas, que se han creado por
diferentes autores, utilizando técnicas distintas y en diferentes épocas.
Ulises y las sirenas
No hay comentarios:
Publicar un comentario