Somos dos alumnas del I.E.S Valadares, un colegio de la perifería de Vigo. En este blog hemos hecho un trabajo sobre la Odisea, la famosa historia de Ulises escrita por Homero.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Repercusión del mito


Ulises  y su  repercusión

Ulises después de  Homero

La  mítica figura de Ulises conoció, después de la  Odisea,  múltiples  recreaciones y evocaciones. Primero en los poemas del llamado «ciclo épico», especialmente en la Destrucción de Troya, los Cypria  y  la Telegonia.
Ulises sirvió de modelo a algunos poetas elegíacos, como Arquíloco y Alemán. Pero fue criticado por un poeta aristocrático de  talante conservador, Píndaro, que lo opone al noble Ayax, al que Ulises venció en su lucha por las armas de Aquiles. Píndaro se  inclina  por una  imagen antihomérica  de Ulises  que tiene  notables paralelos en los trágicos.
Esa  Iínea  persiste en Sófocles, en su Avante y su Filoctetes. Si bien en la primera todavía destaca la  humanidad de Ulises, en la segunda traza un retrato de Ulises como político pragmático y sin escrúpulos morales.
Eurípides  muestra  también a  UIises en un  enfoque desfavorable.  En Hécuba   evidencia  su  talante  maquiavélico:  le importa el éxito y la victoria de los suyos, sin reparo alguno. 
En el mundo  latino se encuentran ecos  de todas  estas  imágenes  del  héroe. La Odisea fue el primer gran texto griego traducido al latín  (por Livio Andronico).  Es significativo que, frente a la Ilíada, la gran epopeya bélica, se  prefiriera esta  gesta personal del aventurero  mediterráneo.  Pero en la  Eneida de  Virgilio  se  recuerda  a  Ulises corno el  destructor de Troya. También las Crónicas troyanas de Dares y de  Dictis ofrecen una imagen ambigua de Ulises, el astuto inventor del caballo de madera.

Esa imagen poco favorable se transmite  a  la Edad  Media  desde  esos textos. Pero será una estampa distinta y  sorprendente la que nos  deje  una visión  más impresionante  de  Ulises, la que  habla de su muerte, en el  gran poema  de Dante, La Divina Comedia.  En el  canto  XXVI del Infierno, cuando  recorre el octavo círculo de los condenados, Dante, que va acompañado  por  Virgilio, se para ante una  llama  doble, donde arden las almas de Ulises y Diomedes. Y es el propio Ulises,  trasformado en llama, quien le refiere al poeta medieval su última aventura.

Ulises reaparece en pinturas  y dramas  del  Renacimiento y del Barroco, bien como un hábil  político, bien como un símbolo del hombre prudente, asaltado por las  tentaciones, pero  capaz de  lograr el regreso salvador. Como ejemplo de esas dos imágenes, respectivamente, Troilo y Crésida de Shakespeare y las obras de Calderón: El mayor encanto  amor y Los encantos de la culpa. Las dos piezas calderonianas se centran sobre cómo Ulises escapa de los voluptuosos hechizos de Circe. En el romanticismo resurge la silueta de Ulises corno el Viajero inquieto,  explorador del más allá, sombra dantesca más que homérica en el poema de Tennyson,  Ulysses  (1833).

Ulises a partir del siglo XX

Ya en el siglo XX podemos ver la figura de Ulises en tres grandes poetas griegos: Cavafis,  Katsantsakis  y Seferis. En  Itaca de Cavafis se expresa el sentido de la Odisea como un viaje de aventuras y experiencias enriquecedoras orientado  hacia la isla pobre de donde partió y adonde vuelve. En la Odisea de Katsantsakis (1938),  el escritor cretense nos da una nueva visión de Ulises como el héroe de un  peregrinaje  arduo y múltiple, en pos de una nueva  existencia,  con ansias de crear una nueva sociedad más justa. El poema de  Seferis titulado Sobre un verso  antiguo (1931) evoca a Ulises como el gran compañero del viajero griego, camarada marino de gran corazón, que surge en los momentos arduos de la existencia  para dar ánimos al poeta.
         La recreación más memorable de Ulises en el siglo XX es la novela Ulises (1923)  de J. Joyce. Sólo el título declara  explícitamente  la relación de la «odisea» vulgar de unas horas en Dublín de Leopold Bloom con el poema homérico. El antiguo mundo heroico se degrada en la parodia de Joyce, pero su brillo pervive a través de ella.
También es fácil percibir la influencia de la Odisea y de Ulises en los cantos de Ezra Pound, desde el Canto  1, que  comienza con una versión poética de una traducción  renacentista  de la Nehuia  odiseica. 

Bajo la nostalgia y la ironía es posible situar las reapariciones de la figura de Ulises en las obras de teatro, en la poesía y la novela. La presencia de Ulises se mantiene en  obras significativas: el drama de Giraudoux , No  habrá  guerra en Troya (1935), la novela de J. Giono,  Naissance  de l' Odyssée (1938), los  Diálogos   con  Leucó (1947)  de  Pavese y  El  desprecio (1950)  de A. Moravia.  También en la novela de Graves  La  hija  de  Homero (1955),  donde  figura una  taimada Nausícaa siciliana como autora de la Odisea, con sutil ironía y en Tiempo de silencio(1961) de Luís Martín-Santos donde se retoma las peripecias de un Odiseo moderno contadas en un estilo narrativo inspirado en el Ulises de James Joyce.  
Los ecos  odiseicos  son muy notables en otras obras: la Nausica (1910) de  loan  Maragall, algunas de las Elegies de Bierville (1943) de Caries Riba, Odisea  (1951) de Agustí Bartra y en algunos textos de El mar, las rocas, lo  azul (1967) de Salvador Espriu. En Las mocedades de Ulises (1970) de Alvaro Cunqueiro se narra la vida del héroe en su juventud inspirandose no sólo en La Odisea homérica, sino en toda la tradición y cultura antigua griega que la literatura nos ha transmitido.

Si en la poesía parece  dominar  la nostalgia, en el teatro parece ser al contrario. Irónicas son casi la totalidad de obras dramáticas que, en la escena española del siglo XX, han representado el regreso de Ulises. Las más conocidas son: La tejedora de  sueños de Antonio Buero Vallejo, ¿Por qué corres,  Ulises? de Antonio Gala y Ultimo desembarco de Fernando Savater.

Se puede concluir este recorrido literario señalando las numerosas alusiones a Homero y a Odisea que hallamos en la obra de Jorge Luis Borges. Homero es uno de los autores más citados en las obras del escritor argentino. A él se refieren dos de sus más famosos cuentos: El inmortal y El hacedor.

Con respecto al medio audiovisual, en 1905, Georges Méliès realizó la que probablemente es la primera de muchas películas de cine sobre Odiseo: L'Île de Calypso: Ulysse et le géant Polyphème.
En 1954 se realiza Ulisse (The Loves and Adventures of Ulysses), una superproducción italoamericana dirigida por Mario Camerini, considerada una de las mejores adaptaciones de la obra y una de las primeras superproducciones del cine europeo.
En 1981 se realizó la serie franco-japonesa de dibujos animados para televisión Ulises 31, que combinaba personajes y argumentos inspirados en la Odisea con elementos de viajes espaciales de ciencia ficción.
O Brother es una película de comedia-aventura realizada por los hermanos Coen. Lanzada en el año 2000, es una adaptación libre de la Odisea de Homero.

Ulises en la pintura

Vemos, entonces la repercusión que el mito de Ulises ha tenido en la literatura universal y en las artes en general. Dentro de estas, es de destacar el caso de la pintura donde al igual que Ulises, dentro del mundo mítico, realiza un prolongado viaje con destino a su hogar, de manera similar, muchos son los pintores y artistas que inician un viaje en el tiempo y en el espacio para encontrarse con Ulises, el héroe clásico y universal. Asi, podemos encontrar numerosas manifestaciones artísticas de diferentes épocas que recogen las representaciones deste mito a través de los tiempos.
Como ejemplo de la influencia del mito en la pintura, recopilamos y presentamos aquí, algunas de las multiples representaciones de Ulises y las sirenas, que se han creado por diferentes autores, utilizando técnicas distintas y en diferentes épocas.

Ulises y las sirenas

Cerámica griega (siglo V a. C.)

Fresco romano "Ulises y las sirenas" en la muestra Roma

Manuscrito del siglo XIV
Litografía de Jonh Dayton


Ilustración del siglo XIX


Cuadro de Leon Belly (1827-1877

John William Waterhouse (1891)
Herbert James Draper (1909)
Ilustración de Marc Chagall para la Odisea (1974)

Pintura sobre muro (2006)






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