Somos dos alumnas del I.E.S Valadares, un colegio de la perifería de Vigo. En este blog hemos hecho un trabajo sobre la Odisea, la famosa historia de Ulises escrita por Homero.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Antología de poemas

Odisea reescrita

Entró el último iraquí en el camión, dejando caer una pequeña lagrima de orgullo. La guerra terminara y el bando ganador no era el que él se esperaba. Ulises cerró la puerta  y se fue hablando con su pelotón:

-Caballeros, hemos ganado, podemos ir con la cabeza bien alta.
-Disculpe capitán, pero no creo que podamos ir con la cabeza alta. –Dijo un joven soldado intentando seguir su explicación- perdimos a muchos hombres, más que hombres, amigos. La última explosión no solo acabo con la nave. Pero eso, ya lo sabe.
-Sí, lo sabemos. Pero las guerras son así, Dios quiso esta masacre.
- ¿Y qué hacemos con  las falsificaciones?- habló otro soldado.
-Las dejamos en los maletines. La escuadra 87 está recogiendo este lugar, ya se encargarán ellos.
-No podemos dejar que lo hagan el equipo de Polifemo, sería como si nosotros no hubiéramos acabado la misión. Nosotros teníamos que frenar a los Lotófagos, dejar los billetes aquí es dejar nuestro trabajo a medio hacer. Todos sabemos las intenciones de Polifemo…
El joven soldado no terminó de hablar, Ulises lo interrumpió inmediatamente:
-¡No sabemos sus intenciones!- se engañaba Ulises- Solo obedecemos al General, y es lo que vamos a hacer. Si quieren que Polifemo se ocupe de esto así se hará.
- No solo obedecemos al General, obedecemos a nuestra patria. Vergüenza sentirá Ítaca de nosotros.
-Vergüenza sentirá usted si no se calla.


Hubo un silencio que se rompió con la llegada del General Poseidón. Este pidió que se deshiciera la formación y que los soldados descansaran. Quería hablar con Ulises y no parecía que le quisiera felicitar.


La corrupción. Fue la primera frase que pensó Ulises. Poseidón tenía un trato con un jefe de los iraquíes. Unos meses atrás se robara unos camiones con millones de dólares. Este dinero fue a para a Irak. La operación era manejada por un general del ejército iraquí y el General Poseidón, el iraquí le daba diez millones y Poseidón les ayuda a meter el resto del dinero en Irak. La escuadra de Ulises lo sabía, pero nadie decía nada. ¿A quién iban a creer, a un general o a una escuadra cualquiera?


La escuadra de Polifemo era el ayudante de Poseidón y Ulises estaba dejando que siguieran con sus planes. Gran parte del dinero estaba guardado en la nave que consiguieron tomar, pero se produjo una explosión. Murieron muchos soldados y la mayoría del dinero acabó en cenizas.


Ulises y Poseidón hablaban con cierto tono de desesperación. Poseidón amenazaba a Ulises con acabar con su vida y la de sus soldados, lo que hizo que la paciencia de Ulises se agotará. No solo dijo que contaría a sus superiores lo ocurrido, juró que el mismo se encargaría de que ninguno de los implicados pisara otro lugar que no fuera una prisión.  Poseidón, sorprendido por la reacción de Ulises, ordenó que su escuadra abriera las puertas de los camiones. Los Lotófagos, cegados por la codicia y diferentes drogas, atacaron sin previo aviso a la tropa de Ulises mientras que Poseidón se iba con sus soldados esperando que los iraquíes hicieran ahora lo que no pudieron hacer antes, acabar con ellos.


La tropa de Ulises ganó de nuevo la batalla y se fueron a un pueblo cercano. Desde allí tomarían diferentes medios de transporte que les llevarían hasta, una ciudad desde la cual podían tomar un tren para ir hasta el Golfo Pérsico. El tren no salía hasta dos días después asique se instauraron en un hostal, si se le podía llamar hostal al tugurio en el que durmieron. Muy cerca de ese hostal había una casa en donde los hombres reclamaban lo que es suyo en esas tierras, las mujeres. Los incautos soldados se acercaron a esa casa invitados por un huésped que parecía muy amigable. Los soldados se negaban a ir, todos sabían que era una artimaña de Poseidón, pero Ulises se vio atraído por la belleza de esas mujeres. Cuando entró en la casa se le lanzaron dos hombres y mientras intentaban matar a Ulises las mujeres se quedaban mirando, como si fuera algo normal. Afortunadamente los soldados de Ulises consiguieron salvarlo y volver al hostal, que era mejor que las calles de Basora.


Ya en el hostal, Ulises contemplaba la noche pensando en su mujer Penélope y su hijo Telémaco. Apenado por su nostalgia, Ulises durmió sentado en una silla.


A la mañana siguiente, la tropa tomó el tren que los llevaría hasta un pueblo de la costa. Allí tomaron un barco que dirigía un viejo amigo de Ulises. Estuvieron tres semanas en ese barco, un viaje de una semana se estaba alargando demasiado y el sustento se estaba agotando. Ulises preguntaba porque tardaban tanto y su amigo siempre decía que el barco no era una máquina de gran calidad. Ulises no entendía porque su amigo le mentía tantas veces hasta que comprendió que le había mentido. Hizo que este confesara y así lo hizo. Dijo que Poseidón le obligara a hacer esto, afirmaba que le amenazara, que temía por su vida. Los hombres de Poseidón manipularan las coordenadas que estaban en el ordenador. Estaban destinados a una muerte en el mar, no sabían cómo volver. Aunque habían manipulado las coordenadas, la opción de mensajería estaba presente. Consiguieron mandar un mensaje a Eolo, que desde el ordenador que tenían en el pueblo para controlar los barcos, mandó las coordenadas correctas.


Seis días después, Ulises, el único sobreviviente, consigue regresar a su hogar. En su casa le esperaban Penélope y su hijo Telémaco, que nunca perdieran la esperanza de que Ulises estuviera vivo. Ese mismo día Ulises contactó con sus superiores.  Contó todo lo que sabía y sus superiores no le creyeron aunque el capitán del barco contará su sufrimiento. Cuando Ulises ya se daba por vencido, sus superiores organizaron un juicio contra Poseidón, habían encontrado varias pruebas en el ordenador del barco que culpaban a la tropa 87 y se encontró el dinero robado entre las pertenencias de Poseidón. Tres días después Poseidón, junto la tropa 87 y Polifemo, fueron encarcelados.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Vídeos sobre la Odisea


En este vídeo se muestra el viaje que hizo Ulises a lo largo de su historia.



ODISEA from MTM Teatro de Muñecos on Vimeo.


Este vídeo es la representación tetatral de la Odisea con sombras y muñecos.


Esta es la primera parte de la película "La Odisea".

martes, 13 de diciembre de 2011

Análisis sobre Ítaca


Ítaca en la poesía española actual

En la literatura, Ítaca es la patria de Ulises, a la que vuelve tras finalizar la guerra de Troya. El héroe griego tarda veinte años en regresar a la isla de Ítaca debido a los continuos problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses.
 En la geografía actual, Ítaca (Ithaki en griego moderno) es una turística isla del mar Jónico que pertenece a Grecia y, a lo largo de su historia, ha ido cambiando varias veces de dueño (romanos, bizantinos, normandos, otomanos, franceses, rusos, ingleses y, por último, griegos) y ha sufrido devastadores terremotos.
Pero en este punto vamos a centrar nuestro análisis en Ítaca como personaje reflejado en la poesía, en el papel que juega dentro de los distintos poemas de nuestra antología.

En el poema “Ítaca de Francisca Aguirre, la Ítaca-patria hacia la que nos  encaminamos y al mismo tiempo nos acompaña, refleja la relación entre Ítaca y la muerte:
Ítaca nos resume como un libro,…
Ítaca nos denuncia  el latido de la vida
Se trata de un camino, un viaje, en el que se va avanzando independientemente de nuestro deseo, que se hace inevitable:
Que se va haciendo sin nosotros,…
Y encamino mis pasos hacia Ítaca.

En “El viento en Ítaca, la misma autora, nos muestra  a Ítaca como el escenario donde Penélope pasa la vida y la espera, pero en el “paso” de la vida, va dejando sus huellas el “viento” del tiempo:
Ella fue dueña del lentamente desastroso imperio de los días
El motivo lírico-narrativo del guerrero-viajero y de la mujer que lo aguarda, da paso a este reflejo de la soledad, el aislamiento y el desamparo que produce el paso del tiempo:
Frente al bastidor, desesperadamente,
Ella intentaba recordar su nombre,…

         “Nunca desayunaré en Tiffany” de Manuel VázquezMontalbán tiene como tema el descubrimiento de ese lugar al que no quisiéramos volver nunca aunque conozcamos el camino. El autor une en metáfora Tiffany-Ítaca- Muerte.
En el poema se funden literatura, música y arte mediante las siguientes alusiones; Tiffany (el famoso establecimiento neoyorquino), la novela y la película de Truman CapoteDesayuno con diamantes”, la música de Domenico Modugno y, la referencia al artista bohemio Amadeo Modigliani. También nos parece importante la conexión que este poema tiene con otro gran poema de nuestra literatura “La canción del jinete”  de García Lorca.
Haciendo una comparativa, en Lorca leemos:
aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba…
Lejana y sola.
Y en el poema de Vázquez Montalbán:
nunca quiero desayunar en Tiffany, nunca
quiero llegar a Ítaca aunque sepa los caminos
lejana y sola.
         El yo poético de ambos poemas muestra su temor a la muerte. En el caso de Vázquez Montalbán la muerte está reflejada en Ítaca-Tiffany, el lugar al que no quiere llegar puesto que no hay vuelta atrás:
                   Porque la llegar no puedes volver

En “Odiseo” de Antonio Tello, el autor convierte la aventura originaria de la literatura occidental en su guía  para un viaje en el que Ítaca es la memoria de lo vivido:
El olvido es el mar,
la líquida circunstancia del tiempo,
y la memoria, esa borra de luz que dejan los días,
acaso una isla, Ítaca, por ejemplo.
Si Homero narraba un regreso, aquí la poesía es un viaje de regreso a la palabra que se muestra como el método para no caer en el olvido y en el desarraigo definitivo.
Y, sin embargo, sujeto
al índice al cual se anudan las palabras..

En “Ulises navegando” de Miguel D’ors, los versos del poeta subrayan la soledad en medio del mundo declarado ya sin sentido. Ítaca son nuestros sueños, nuestros objetivos e ilusiones, aquello por lo que vivimos, aquello por lo que, día tras día, nos levantamos y continuamos nuestro viaje. Ítaca es aquí, el paraíso perdido, desvanecido en la mente de Ulises. Tras el viaje, ya no hay objetivo ni sueño que alcanzar, e Ítaca pierde su sentido.
Ítaca apenas
es algo más que un nombre; sólo un nombre
en el que la esperanza se encasquilla.

El poema “Ítaca” de Teresa Ortiz se presenta como un diálogo entre Ulises y Penélope en el regreso del viajero después  de sus aventuras y renuncias por amor. En este texto Ítaca se relaciona con el amor, con el ideal del amor desde la perspectiva de Ulises:
Todo valió la pena pues me esperaba Ítaca.
Más Ítaca eras tú, mi prudente Penélope
Pero desde la visión de Penélope y desde una perspectiva feminista esa entrega, ese amor, no existió, todo ha sido un sueño que a través del tiempo ha desaparecido:
Al igual que esta tierra he sido sólo un sueño.

En “Ítaca no existe” de Amalia Iglesias Serna, la autora rompe con el mito, utilizándolo para hacer una negación de la existencia de la felicidad.
El sueño de un regreso a un lugar idílico no es más que el caminar entre las miserias que nos va trayendo el paso del tiempo. Ítaca como un paraíso alcanzable, como la felicidad soñada, no existe.
He regresado y nada me esperaba.
La realidad de lo cotidiano mezclada con el paso del tiempo nos pone con los pies en el suelo y hace que el regreso sea inútil, no hay espacio para la felicidad.
Quizá se vuelve tarde,
Se vuelve ya sin tiempo.








Argumento y Personajes


Argumento

El contenido de este libro clásico de lectura son los esfuerzos de un héroe, Ulises, por llegar a su país, una Isla llamada Ítaca y volver con su esposa y su hijo, después de participar en la guerra de Troya.
El trayecto de vuelta resulta difícil porque ha hecho enojar al Dios del Mar Poseidón y el camino a su casa está lleno de criaturas mitológicas que harán todo lo que puedan para retenerlo, eso sin contar que a veces sus acompañantes son bastante torpes, insensatos o desafortunados y más perjudican que ayudan, de hecho el único que Sobreviviente es Ulises. El héroe es muy listo y astuto y lo favorece Atenea Diosa de la Inteligencia.
Después de pasar sus aventuras Ulises consigue llegar de vuelta a casa.



Los Personajes

Ulises: Héroe astuto protagonista de la Odisea.
Penélope: Leal esposa acosada por pretendientes que solo lo son por  interés.
Telémaco: Valiente hijo que sale a buscar a su padre.
Euriclea: El ama y niñera de la familia.
Atenea: Diosa Consejera y amiga.
Poseidón: Dios del Mar. Es quien intenta impedir que Ulises vuelva a casa.
Circe: Maga que convierte personas en animales que en un momento de la historia se enamora de Ulises.
Calipso: Ninfa hermosa que quiere retener al Héroe, por enamorada.
Los pretendientes: Grupo de personas que quieren casarse con Penélope por interés.: Monstruo de un solo ojo hijo de Poseidón
 El cíclope Polifemo: Monstruo de un solo ojo hijo de Poseidón.
Caribdis y Escila: Monstruos marinos que destruían los navíos.
 Sirenas: Cantantes mágicas que atraían con sus bellas melodías a los incautos navegantes y los hacían naufragar en los escollos. Todos se tapan las orejas con cera menos el héroe que quería escucharlas, pero que se hace amarrar a un palo, gracias a lo cual no pasa nada.
 Los vientos de Eolo: Eolo (dios de los vientos) obsequia a Ulises una bolsa conteniendo los vientos para que pueda llegar rápido a casa
 Los comedores de Loto: En una isla a la que llegan la gente comía una variedad extraña de loto que les hacía olvidar todos sus problemas y vivir en un mundo de ilusión.Viendo el riesgo el héroe y sus hombres escapan rápidamente.
 El adivino Tiresias: Por consejo de Atenea, Ulises tiene que consultar a un adivino de nombre Tiresias, pero el hombre está muerto por lo que el héroe tiene que aventurarse en los mismos infiernos, en donde se entera al ver el espectro, que su madre ha muerto en su ausencia.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Comentario literario-cultural (tres poemas)


La interpretación feminista
Penélope y su mudanza de Marina Aoiz

El personaje de Penelope, construido por voces masculinas de la antigüedad, ha ido evolucionando hasta llegar a la Penélope contemporánea, la Penélope de nuestro presente literario, proveniente de voces femeninas, y algunas masculinas.
En el mismo título del poema está implícito la idea de cambio y transformación (la mudanza).
En concreto, hay en estos versos de Marina Aoiz, una reelaboración del mito que rompe con la visión literaria legitimada por la tradición: un  yo poético femenino,  semejante a Penélope, que, en principio, se lamenta de la ausencia, decide, finalmente, liberarse de la espera.
 La pasividad que caracteriza la figura de Penélope en múltiples elaboraciones literarias, recluida en los aposentos de palacio, silenciosa y llorosa, fiel al esposo ausente y sumisa ante su hijo Telémaco, da paso a esta Penélope, una nueva representación de lo femenino que la aleja de la posición desigual a la que el discurso hegemónico, asignado socialmente, la había vinculado.
Ulises ya no ocupa el centro, el protagonismo ha pasado a Penélope. El mito se ha actualizado, el protagonismo se ha desplazado y, en el enfoque, el “yo” poético femenino cobra prioridad, en un deseo de reafirmación como persona que quiere hacerse dueña de su propia experiencia vital.
 Un poema, en definitiva, en el que el yo-mujer busca nuevos criterios de identidad basados en la independencia y la libertad:
¡Al fin libre! Ya no espero nada.
Ni a nadie.
La tarde lame mi espalda salada.
Ser sola es mi auténtica Odisea.


La batalla como lucha con la vida diaria
Ulises de Javier Salgado

         La composición de Salvago se desarrolla como una metáfora de la vida misma. El poema nos ofrece una visión desencantada de la vida, una evidente relación con el relato odiseico y un uso desmitificador del personaje de Ulises.

 El contenido del poema nos presenta los distintos momentos de la jornada diaria de un personaje, desde que se levanta por la mañana para ir al trabajo hasta que vuelve por la noche a su casa y se reencuentra con su esposa y su hijo. A lo largo de esta rutinaria odisea diaria y particular, el poeta nos ofrece una serie de acontecimientos en la vida de su personaje que tienen un  claro paralelismo con algunas de las distintas aventuras que asaltan a Ulises en su regreso a Ítaca.

El personaje del poema de Salvago marcha, por la mañana, como el Ulises del mito, a su batalla particular, a su lucha diaria con la vida.
El destino es su lugar de trabajo, a donde llega después de no pocos rodeos, y de salvar los muchos obstáculos que se le ponen por medio, tan dificiles como para llevarlo a la negación de emprender esta batalla diaria. Por si fuera poco, su descontento aumenta en el despacho con la rutina del trabajo.
 El sentimiento de desgana y desencanto, verdadero hilo conductor del poema, prosigue aún incluso en los momentos en que el personaje se substrae de su tarea diaria. La hora de la comida es también motivo para la queja, pretexto para la reflexión en negativo acerca de la vida.
Tras salir del trabajo, la vuelta a casa le depara pocas novedades. Y este camino de regreso se hace largo y cansado, como en el mito, porque el Ulises de Salvago retorna a pie y ello le sirve para reafirmar más, en su recorrido por la ciudad, el desencanto que tiene hacia la vida al comprobar las pocas cosas nuevas, por ya experimentadas, que se le ofrecen.
Y, finalmente, su llegada a casa. Allí lo esperan su mujer y su hijo, ya dormido. Pero el recibimiento, lejos de lo esperado por él (ese remanso de paz anhelado durante todo el día), está a tono con la jornada. Su paciente mujer, ensimismada en su labor, lo recibe fríamente y quejándose de la soledad que vive a diario, del desdén que sufre y del poco interés que muestra por sus cosas: la discusión está servida y no hay cesión por parte alguna. Ambos se entregan por fin al sueño donde encontrar un poco tregua y un atisbo de libertad.

El poema de Salvago nos ofrece una visión distinta del Ulises de la leyenda clásica. Tenemos un Ulises desencantado absolutamente por todo, que no posee ni siquiera interés alguno por emprender con arrojo la lucha diaria; que no encuentra, porque todo lo invade la mentira, razón alguna para dejarse seducir por cantos de Sirenas. Tenemos un Ulises que es el hombre de hoy, ese animal de ciudad que sale a diario a enfrentarse a su lucha particular y rutinaria y suele, de ordinario, volver derrotado, que no tiene una Penélope tan paciente como la homérica, ni un Telémaco, tan preocupado por su padre, que emprende su búsqueda.


El regreso como viaje interior
El regreso de Ulises a la patria de Cristina Peri Rossi

El viaje como motivo constante de inspiración literaria se muestra en este poema como una metafora del viaje interior. Ese retorno que se hace a través de la introspección y de la poesía nos presenta a un viajero que se convierte en un observador que se plantea el sentido de las cosas:
 “le parece un mensaje a descifrar”.
 Se trata de un el viaje como exploración de las zonas más ocultas y sombrías del yo, mezclado con los sueños, tramas y delirios:
 “En sueños habla de ambiguas seducciones”
La patria a la que retorna Ulises, es como el lugar que habitamos hacia nuestro interior como lo más próximo que tenemos y lo menos conocido.
Es importante tener en cuenta en este viaje, el destino, el final del viaje de la vida individual, sitio hacia el cual se dirige el viajero, no es otro que la muerte:
 “Regresar es morir un poco”
La búsqueda y la permanencia de lo humano, de nuestra condición, como el viaje personal de la propia existencia para llegar a nuestra isla, a nuestra patria, a nuestra Itaca.
Asi, el protagonista del viaje procede al reencuentro y a la profundización de la propia identidad a través de un doble viaje interior y exterior y ya no se trata del clásico héroe alegórico, ahora es un ser humanizado, lleno de dudas y, a veces, se muestra incapaz de actuar y controlar su entorno:
 “Despierta e inquieto, ordena
 despejar la nave.
 Sea como sea, está seguro
 de que esa luna intensa,
 brutal,
 lo mira demasiado.” 

Texto seleccionado de la literatura europea


"Ítaca" de Constantino Cavafis (1863-1933)

Cuando salgas en el viaje, hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos.

A los Lestrigones y a los Cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas en tu ruta nunca hallarás,
si elevado se mantiene tu pensamiento, si una selecta
emoción tu espíritu y tu cuerpo embarga.

A los Lestrigones y a los Cíclopes,
y al feroz Poseidón no encontrarás,
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergue delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Ilustración de Matisse para el episodio de Eolo en la Odisea

 Que sean muchas las mañanas estivales
en que con cuánta dicha, con cuánta alegría
entres a puertos nunca vistos:
detente en mercados fenicios,
y adquiere las bellas mercancías,
ámbares y ébanos, marfiles y corales,
y perfumes voluptuosos de toda clase,
cuanto más abundantes puedas perfumes voluptuosos;
anda a muchas ciudades Egipcias
a aprender y aprender de los sabios.

Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca.
Llegar hasta allí es tu destino.

Pero no apures tu viaje en absoluto.
Mejor que muchos años dure:
y viejo ya ancles en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca.
Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no hubieras salido al camino.
Otras cosas no tiene ya que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te ha engañado.
Sabio así como llegaste a ser, con experiencia tanta,
ya habrás comprendido las Ítacas qué es lo que significan.