Somos dos alumnas del I.E.S Valadares, un colegio de la perifería de Vigo. En este blog hemos hecho un trabajo sobre la Odisea, la famosa historia de Ulises escrita por Homero.

martes, 13 de diciembre de 2011

Análisis sobre Ítaca


Ítaca en la poesía española actual

En la literatura, Ítaca es la patria de Ulises, a la que vuelve tras finalizar la guerra de Troya. El héroe griego tarda veinte años en regresar a la isla de Ítaca debido a los continuos problemas a los que ha de enfrentarse por designio de los dioses.
 En la geografía actual, Ítaca (Ithaki en griego moderno) es una turística isla del mar Jónico que pertenece a Grecia y, a lo largo de su historia, ha ido cambiando varias veces de dueño (romanos, bizantinos, normandos, otomanos, franceses, rusos, ingleses y, por último, griegos) y ha sufrido devastadores terremotos.
Pero en este punto vamos a centrar nuestro análisis en Ítaca como personaje reflejado en la poesía, en el papel que juega dentro de los distintos poemas de nuestra antología.

En el poema “Ítaca de Francisca Aguirre, la Ítaca-patria hacia la que nos  encaminamos y al mismo tiempo nos acompaña, refleja la relación entre Ítaca y la muerte:
Ítaca nos resume como un libro,…
Ítaca nos denuncia  el latido de la vida
Se trata de un camino, un viaje, en el que se va avanzando independientemente de nuestro deseo, que se hace inevitable:
Que se va haciendo sin nosotros,…
Y encamino mis pasos hacia Ítaca.

En “El viento en Ítaca, la misma autora, nos muestra  a Ítaca como el escenario donde Penélope pasa la vida y la espera, pero en el “paso” de la vida, va dejando sus huellas el “viento” del tiempo:
Ella fue dueña del lentamente desastroso imperio de los días
El motivo lírico-narrativo del guerrero-viajero y de la mujer que lo aguarda, da paso a este reflejo de la soledad, el aislamiento y el desamparo que produce el paso del tiempo:
Frente al bastidor, desesperadamente,
Ella intentaba recordar su nombre,…

         “Nunca desayunaré en Tiffany” de Manuel VázquezMontalbán tiene como tema el descubrimiento de ese lugar al que no quisiéramos volver nunca aunque conozcamos el camino. El autor une en metáfora Tiffany-Ítaca- Muerte.
En el poema se funden literatura, música y arte mediante las siguientes alusiones; Tiffany (el famoso establecimiento neoyorquino), la novela y la película de Truman CapoteDesayuno con diamantes”, la música de Domenico Modugno y, la referencia al artista bohemio Amadeo Modigliani. También nos parece importante la conexión que este poema tiene con otro gran poema de nuestra literatura “La canción del jinete”  de García Lorca.
Haciendo una comparativa, en Lorca leemos:
aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba…
Lejana y sola.
Y en el poema de Vázquez Montalbán:
nunca quiero desayunar en Tiffany, nunca
quiero llegar a Ítaca aunque sepa los caminos
lejana y sola.
         El yo poético de ambos poemas muestra su temor a la muerte. En el caso de Vázquez Montalbán la muerte está reflejada en Ítaca-Tiffany, el lugar al que no quiere llegar puesto que no hay vuelta atrás:
                   Porque la llegar no puedes volver

En “Odiseo” de Antonio Tello, el autor convierte la aventura originaria de la literatura occidental en su guía  para un viaje en el que Ítaca es la memoria de lo vivido:
El olvido es el mar,
la líquida circunstancia del tiempo,
y la memoria, esa borra de luz que dejan los días,
acaso una isla, Ítaca, por ejemplo.
Si Homero narraba un regreso, aquí la poesía es un viaje de regreso a la palabra que se muestra como el método para no caer en el olvido y en el desarraigo definitivo.
Y, sin embargo, sujeto
al índice al cual se anudan las palabras..

En “Ulises navegando” de Miguel D’ors, los versos del poeta subrayan la soledad en medio del mundo declarado ya sin sentido. Ítaca son nuestros sueños, nuestros objetivos e ilusiones, aquello por lo que vivimos, aquello por lo que, día tras día, nos levantamos y continuamos nuestro viaje. Ítaca es aquí, el paraíso perdido, desvanecido en la mente de Ulises. Tras el viaje, ya no hay objetivo ni sueño que alcanzar, e Ítaca pierde su sentido.
Ítaca apenas
es algo más que un nombre; sólo un nombre
en el que la esperanza se encasquilla.

El poema “Ítaca” de Teresa Ortiz se presenta como un diálogo entre Ulises y Penélope en el regreso del viajero después  de sus aventuras y renuncias por amor. En este texto Ítaca se relaciona con el amor, con el ideal del amor desde la perspectiva de Ulises:
Todo valió la pena pues me esperaba Ítaca.
Más Ítaca eras tú, mi prudente Penélope
Pero desde la visión de Penélope y desde una perspectiva feminista esa entrega, ese amor, no existió, todo ha sido un sueño que a través del tiempo ha desaparecido:
Al igual que esta tierra he sido sólo un sueño.

En “Ítaca no existe” de Amalia Iglesias Serna, la autora rompe con el mito, utilizándolo para hacer una negación de la existencia de la felicidad.
El sueño de un regreso a un lugar idílico no es más que el caminar entre las miserias que nos va trayendo el paso del tiempo. Ítaca como un paraíso alcanzable, como la felicidad soñada, no existe.
He regresado y nada me esperaba.
La realidad de lo cotidiano mezclada con el paso del tiempo nos pone con los pies en el suelo y hace que el regreso sea inútil, no hay espacio para la felicidad.
Quizá se vuelve tarde,
Se vuelve ya sin tiempo.








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