Ítaca en la poesía
española actual
En la literatura, Ítaca es la patria de Ulises, a la que
vuelve tras finalizar la guerra de Troya. El héroe griego tarda veinte años en
regresar a la isla de Ítaca debido a los continuos problemas a los que ha de
enfrentarse por designio de los dioses.
En la geografía actual,
Ítaca (Ithaki en griego moderno) es una turística isla del mar Jónico que
pertenece a Grecia y, a lo largo de su historia, ha ido cambiando varias veces
de dueño (romanos, bizantinos, normandos, otomanos, franceses, rusos, ingleses
y, por último, griegos) y ha sufrido devastadores terremotos.
Pero en este punto vamos a centrar nuestro análisis en Ítaca
como personaje reflejado en la poesía, en el papel que juega dentro de los
distintos poemas de nuestra antología.
En el poema “Ítaca” de Francisca Aguirre, la Ítaca-patria
hacia la que nos encaminamos y al mismo
tiempo nos acompaña, refleja la relación entre Ítaca y la muerte:
Ítaca
nos resume como un libro,…
Ítaca
nos denuncia el latido de la vida
Se trata de un camino, un viaje, en el que se va avanzando
independientemente de nuestro deseo, que se hace inevitable:
Que se
va haciendo sin nosotros,…
Y
encamino mis pasos hacia Ítaca.
En “El viento en Ítaca”,
la misma autora, nos muestra a Ítaca
como el escenario donde Penélope pasa la vida y la espera, pero en el “paso” de
la vida, va dejando sus huellas el “viento” del tiempo:
Ella
fue dueña del lentamente desastroso imperio de los días
El motivo lírico-narrativo del guerrero-viajero y de la mujer
que lo aguarda, da paso a este reflejo de la soledad, el aislamiento y el
desamparo que produce el paso del tiempo:
Frente
al bastidor, desesperadamente,
Ella
intentaba recordar su nombre,…
“Nunca
desayunaré en Tiffany” de Manuel VázquezMontalbán tiene como tema el descubrimiento de ese lugar al que no quisiéramos
volver nunca aunque conozcamos el camino. El autor une en metáfora
Tiffany-Ítaca- Muerte.
En el poema se funden literatura, música y arte mediante las siguientes
alusiones; Tiffany (el famoso establecimiento neoyorquino), la novela y la
película de Truman Capote “Desayuno con diamantes”, la música de Domenico
Modugno y, la referencia al artista bohemio Amadeo Modigliani. También nos
parece importante la conexión que este poema tiene con otro gran poema de
nuestra literatura “La canción del jinete”
de García Lorca.
Haciendo
una comparativa, en Lorca leemos:
aunque
sepa los caminos
yo
nunca llegaré a Córdoba…
Lejana
y sola.
Y en el
poema de Vázquez Montalbán:
nunca
quiero desayunar en Tiffany, nunca
quiero
llegar a Ítaca aunque sepa los caminos
lejana
y sola.
El yo poético de ambos poemas muestra
su temor a la muerte. En el caso de Vázquez Montalbán la muerte está reflejada
en Ítaca-Tiffany, el lugar al que no quiere llegar puesto que no hay vuelta
atrás:
Porque la llegar no puedes volver
En “Odiseo” de Antonio Tello, el autor convierte la
aventura originaria de la literatura occidental en su guía para un viaje en el que Ítaca es la memoria
de lo vivido:
El olvido es
el mar,
la líquida
circunstancia del tiempo,
y la memoria,
esa borra de luz que dejan los días,
acaso una
isla, Ítaca, por ejemplo.
Si Homero narraba un regreso, aquí la poesía es un viaje de
regreso a la palabra que se muestra como el método para no caer en el olvido y
en el desarraigo definitivo.
Y, sin
embargo, sujeto
al índice al
cual se anudan las palabras..
En “Ulises navegando”
de Miguel D’ors, los versos del
poeta subrayan la soledad en medio del mundo declarado ya sin sentido. Ítaca
son nuestros sueños, nuestros objetivos e ilusiones, aquello por lo que
vivimos, aquello por lo que, día tras día, nos levantamos y continuamos nuestro
viaje. Ítaca es aquí, el paraíso perdido, desvanecido en la mente de Ulises.
Tras el viaje, ya no hay objetivo ni sueño que alcanzar, e Ítaca pierde su
sentido.
Ítaca apenas
es algo más que un nombre; sólo un nombre
en el que la esperanza se encasquilla.
El poema “Ítaca” de
Teresa Ortiz se presenta como un
diálogo entre Ulises y Penélope en el regreso del viajero después de
sus aventuras y renuncias por amor. En este texto Ítaca se relaciona con el
amor, con el ideal del amor desde la perspectiva de Ulises:
Todo valió la
pena pues me esperaba Ítaca.
Más Ítaca eras
tú, mi prudente Penélope
Pero desde la visión de Penélope y desde una perspectiva
feminista esa entrega, ese amor, no existió, todo ha sido un sueño que a través
del tiempo ha desaparecido:
Al igual que
esta tierra he sido sólo un sueño.
En “Ítaca no existe” de
Amalia Iglesias Serna, la autora
rompe con el mito, utilizándolo para hacer una negación de la existencia de la
felicidad.
El sueño de un regreso a un lugar idílico no es más que el
caminar entre las miserias que nos va trayendo el paso del tiempo. Ítaca como
un paraíso alcanzable, como la felicidad soñada, no existe.
He regresado y
nada me esperaba.
La realidad de lo cotidiano mezclada con el paso del tiempo
nos pone con los pies en el suelo y hace que el regreso sea inútil, no hay
espacio para la felicidad.
Quizá se
vuelve tarde,
Se vuelve ya
sin tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario